En el comienzo mismo del tiempo, Dios envió Su Luz para llenar los diez recipientes espirituales, las sefirot, que Él creó para diseminar Su voluntad en el universo.
Esta Luz era demasiado intensa para que las vasijas pudieran retenerla, de modo que éstas se quebraron, derramando sus chispas, las chispas de santidad, por toda la Creación. Este cataclismo cósmico, conocido en las enseñanzas Kabalisticas como “la rotura de los recipientes”, dio lugar a la segunda fase en la historia del universo, una fase que aún se encuentra en evolución, conocida como la “recolección de las chispas”.
Durante esta fase, el objetivo de la humanidad es recolectar las chispas caídas y restaurarlas a su nivel de santidad original. Esta es la tarea del tikún, de la rectificación del mundo: reconstruir un universo que se ha desordenado .
Los Kabalistas explican que todas las tareas humanas desde los sagrados mandamientos y rituales descritos en la Torá hasta las actividades cotidianas más mundanas afectan directamente la condición de las chispas caídas.
Cada acción, cuando se realiza en armonía con la Voluntad de Dios, recolecta y eleva las chispas; cuando la acción se realiza de una manera incongruente con Su Voluntad, esa misma acción dispersa más aún las chispas, intensificando su “exilio”. Finalmente y cuando hayan sido redimidas suficientes chispas, los recipientes quebrados serán rectificados, trayendo la era del Mashíaj.
Para adquirir este libro presiones el enlace Azul
El Septimo Cielo
Leave a comment