En la noche víspera de Pesaj se debe realizar la búsqueda el jametz por toda la casa. Es costumbre colocar diez trozos de pan cuidadosamente envueltos, en varios lugares de la casa, los cuales son recogidos mientras se busca el jametz. Antes de comenzar la búsqueda del jametz se deben lavar las manos y recitar la siguiente bendición:
Preparado estoy para cumplir con la mitzvá de la búsqueda del jametz.
Bendito eres Tú Ad-nai, nuestro Dios, Rey del universo, que nos ha santificado con Sus mandamientos y nos ha ordenado eliminar el jametz.
Luego se busca por toda la casa, recogiendo todo el jametz que se vea. Al terminar, se guarda el jametz (para ser quemada a la mañana siguiente) y se dice lo siguiente:
Todo jametz y levadura que se encuentre en mi posesión, que no haya visto y no haya eliminado y del cual desconozco su existencia, sea nulo y sin dueño como el polvo de la tierra.
Sea Tu voluntad Ad-nai, Dios nuestro y Dios de nuestros padres, que seamos dignos de buscar en nuestra alma todas las impurezas que hemos dejado en ella al haber seguido el consejo de la inclinación al mal y que seamos merecedores del verdadero arrepentimiento. Y que Tú, en Tu misericordia y por Tu honor, nos ayudes a cuidarnos de la prohibición del jametz, hasta las más minúscula miga de pan; este año y en todos los años, a lo largo de nuestras vidas. Amén, que así sea Tu voluntad.
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