Gálbano







El Rebe habló respecto de darse ánimo y esforzarse en la plegaria.

No importa quién seas, debes esforzarte y orar obstinadamente al Santo, bendito sea.

Dijo el Rebe que uno debería pensar de la siguiente manera:

"Es posible que debido a mis pecados me encuentre lejos del Santo, bendito sea.

Bueno, si es así, no puede haber entonces una plegaria perfecta sin mí."

Enseña el Talmud que toda plegaria que no incluya a los pecadores de Israel no es una verdadera plegaria (Keritot 6b).

La plegaria es como la ofrenda de incienso. La Torá requiere que el incienso contenga Jelboná, (Gálbano) (Exodo 30:34), aunque esta sustancia tiene, en sí misma, un muy mal olor.

Si yo me considero un pecador, soy por lo tanto una parte esencial de todo servicio y ninguna plegaria es perfecta sin mí. Yo, el pecador, debo redoblar mis esfuerzos en la plegaria al Santo, bendito sea, y confiar que en Su misericordia Él aceptará mi oración.

Yo soy la perfección de la plegaria, el Jelboná en el incienso.

Tal como el mal olor del Jelboná es un ingrediente esencial del dulce incienso, de la misma manera mi imperfecta plegaria es un elemento vital de las plegarias de todo Israel.

Sin el Jelboná, la plegaria es deficiente, como el incienso sin Jelboná.

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(Sabiduría y Enseñanzas del Rabí Najmán de Breslov #295)
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