La fe depende de la boca de la persona. Debemos decir en voz alta que tenemos fe.
Como está escrito en los Salmos (89:1)
“Con mi boca haré conocer Tu fidelidad”.
Si la persona siente su fe en crisis, el Cielo no lo permita, o
atraviesa dudas, es muy bueno que diga en voz alta:
“Tengo fe”.
El sólo hecho de expresar la fe con palabras es en sí mismo un aspecto de la fe.
Y mediante esto podrá llegar a una fe completa, pues la fe depende
de la boca de la persona, tal como se explicó (likutey moharán. 44).
Por lo mismo es necesario ser muy cuidadosos y nunca decir algo
que implique incluso una mínima falta de fe, menos aún un total descreimiento.
Aunque tengas fe, nunca debes expresar ideas contrarias a ella, ni
siquiera en broma, ni siquiera citando a otra persona en son de burla.
Está muy mal hacer esto y es muy dañino para tu fe. Está prohibido
decir algo, aunque sea en broma, que implique falta de respeto por
el Santo, bendito sea (Ibid.).
Está escrito (Proverbios 14:15): “El tonto cree todo”.
Es bueno ser un tonto así. Si crees aquello que es falso y tonto,
también creerás en lo verdadero. Eres mejor que el sofisticado y el
escéptico. Se comienza ridiculizando la tontería y la falsedad. Y
finalmente se termina ridiculizando todo y negando incluso la verdad.
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(Sabiduría y Enseñanzas del Rabí Najmán de Breslov 103).
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